Una máquina tendría un movimiento perpetuo si pudiese funcionar permanentemente, tras un impulso inicial, sin necesidad de auxiliarla externamente.
En esta máquina atribuida a Leonardo da Vinci, unos pesos cautivos se mueven, por un lado, a lo largo de la parte curva, y de otro lado, a lo largo de la parte recta. Leonardo demostró que el móvil perpetuo es imposible.
Otros artilugios que a lo largo de la Historia han intentado pasar por móviles perpetuos son los siguientes: